El desconocimiento, el miedo al cambio y los mitos en torno a la transformación digital hacen que a muchos empresarios se les ponga la piel de gallina cuando escuchan hablar de este tema. La consecuencia es que muchas organizaciones continúan con procesos de trabajo obsoletos y poco rentables.
La digitalización ofrece un enorme potencial para ganar competitividad en un mundo cada vez más tecnológico. Así lo demuestra un estudio del Massachusetts Institute of Technology, que afirma que las empresas más tecnológicas son más rentables y tienen clientes más satisfechos.
¿En qué consiste la transformación digital?
El concepto de transformación digital puede resultar confuso para algunas personas, de forma que vamos a tratar de concretar.
La transformación digital se puede definir como la integración de las nuevas tecnologías en todas las áreas de una empresa para cambiar su forma de funcionar. El objetivo es optimizar los procesos, mejorar su competitividad y ofrecer un nuevo valor añadido a sus clientes.
Por tanto, no se trata simplemente de comprar ordenadores más potentes, almacenar datos en la nube o instalar un ERP. La transformación digital implica un cambio en la mentalidad de los directivos y los empleados de las organizaciones. Es una apuesta de futuro hacia nuevos métodos de trabajo que aprovechen todo el potencial de la digitalización.
Las ventajas de la transformación digital
Incorporar la digitalización en todos los procesos de la empresa genera ventajas competitivas innegables a corto y largo plazo. Estas son las más importantes:
- Impulsa la cultura de la innovación en la empresa
- Mejora la eficiencia de los procesos en las organizaciones
- Contribuye a fomentar el trabajo colaborativo y la comunicación interna
- Proporciona una capacidad de respuesta rápida en un entorno cambiante
- Ofrece nuevas oportunidades de negocio gracias al análisis de datos
- Mejora la experiencia del cliente y su relación con la marca
La transformación digital ya no puede considerarse una opción. En la actualidad, las empresas están en la necesidad de renovarse adaptándose a la digitalización si quieren seguir siendo competitivas.
Las claves de la transformación digital
La evolución hacia lo digital se sostiene sobre cuatro pilares fundamentales: tecnología, experiencia del cliente, cultura empresarial y objetivos de negocio.
Algunos empresarios pueden sentirse abrumados al pensar en la transformación digital como en un cambio radical que no se sienten capaces de asumir a corto plazo. En realidad, la digitalización se debe concebir como un proceso paulatino acorde a las capacidades y necesidades de cada empresa. Hay que tener en cuenta que su implementación implica a todos los integrantes de la organización.
Para abordar esta transformación de manera eficaz hay que prestar atención a tres puntos clave:
- Impulsar formas de trabajo productivas y flexibles que ayuden a retener talento
- Fomentar un liderazgo innovador con capacidad de aportar ideas nuevas
- Conocer al cliente mediante la gestión eficaz de datos
La digitalización debe hacerse pensando en las necesidades futuras y, por tanto, es un elemento indispensable de cualquier plan de negocios.
Ahora bien, ¿cómo podemos llevar a cabo estos cambios?
1. Abandonar la zona de confort
Evolucionar como empresa en el mundo actual implica una mentalidad abierta a la renovación. La transformación digital no tiene por qué ser un proceso caótico ni traumático.
El miedo al cambio hace que muchas empresas españolas estén perdiendo terreno frente a las que han apostado por la transformación digital. Principalmente, esto se percibe en su relación con los clientes.
Los consumidores del siglo XXI usan las nuevas tecnologías de forma habitual para resolver dudas o satisfacer necesidades. ¿Quién pierde una mañana para hacer una gestión con su banco si puede hacerlo cómodamente desde su ordenador?
2. Fomentar las competencias digitales en los empleados y directivos
El nuevo panorama digital requiere personas innovadoras, creativas y dispuestas a formarse digitalmente. Este proceso implica tanto a empleados como a directivos, que deben adquirir competencias digitales y otras habilidades como:
- Capacidad de autoaprendizaje
- Trabajo colaborativo entre departamentos
- Comunicación fluida y eficaz con clientes, proveedores y compañeros
- Orientación al cliente
En España queda un largo camino por recorrer en este sentido pero la transformación digital es una gran oportunidad para captar talento que reúna las habilidades necesarias en la era tecnológica.
3. Diseñar estrategias digitales
El modelo de negocio actual y futuro se debe centrar en la experiencia del cliente y en el entorno digital. Implementar nuevas tecnologías es el primer paso. El software actual permite definir una estrategia digital que involucre a todos los departamentos.
Algunas acciones esenciales son el diseño de un mapa de ciclo de vida del cliente, las mediciones de los resultados, la corrección de errores en tiempo real y la planificación futura de acuerdo a los datos obtenidos.
En resumen, la transformación digital no es un objetivo en sí mismo sino un proceso que requiere una actitud abierta al cambio, inteligencia emocional y capacidad para adaptarse a un entorno cambiante.
En un mundo altamente tecnológico, las nuevas oportunidades surgen de las posibilidades que nos brinda la digitalización.